La cicatriz es la señal que queda en los tejidos orgánicos de la piel después de curada una herida. Esta señal puede ser temporal o permanente en el tiempo, resultando más o menos antiestética en función de la forma, tamaño y ubicación de la misma. El queloide es una cicatriz exuberante que se extiende más allá del área de traumatismo o lesión.
Síntomas
En los queloides observamos una cicatriz que se extiende más allá del área de la lesión, presentándose como placas firmes, entre rojos y violáceos, grandes e hipersensibles al tacto. Los queloides suelen ser hiperpigmentados en individuos de raza negra y de color rojizo en la raza blanca. Las zonas más frecuentemente afectadas son el tórax, la cabeza, el cuello y el lóbulo de la oreja.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico.
Tratamiento
Disponemos de diferentes alternativas terapéuticas en el tratamiento de los queloides. La respuesta obtenida suele ser entre moderada y escasa:
1. Inyección intralesional de corticosteroides: uno de los tratamientos más utilizados, con una efectividad aceptable. Se puede aplicar previamente crioterapia durante unos segundos para edematizar el queloide y producir un efecto anestésico.
2. Terapia fotodinámica- Esta forma de tratamiento consigue la destrucción selectiva de las células alteradas, respetando el tejido sano, con buenos resultados cosméticos y funcionales. El tratamiento consiste en la aplicación en consulta, sobre la cicatriz a tratar, de una crema que contiene una sustancia fotosensibilizante, seguida de la irradiación de la zona con una luz especial, a las 3 horas de la aplicación de la crema.
3. Cirugía e imiquimod tópico: novedoso tratamiento que consiste en realizar un afeitado quirúrgico del queloide y posteriormente aplicar una crema de imiquimod con efecto antiproliferativo.
4. Láser vascular: mejora la coloración rojiza del queloide.
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