Describe una lesión dermatológica similar a los cuernos de los animales. Se trata de una lesión costrosa o queratósica alargada, desde pocos milímetros hasta varios centímetros.
El término “cuerno cutáneo” es una forma de presentación clínica común a diversos tipos de patologías de la piel, desde tumores (tanto benignos-queratosis seborreicas, premalignos-queratosis actínicas, o malignos-carcinoma epidermoide) hasta infecciones (verrugas virales).
Síntomas
El hallazgo común en los cuernos cutáneos es la aparición de una lesión alargada, con componente costroso o queratósico, muchas veces localizada en zonas expuestas al sol como la cara o las manos. En caso de que el cuerno cutáneo esté originado por una lesión premaligna o maligna, será frecuente encontrar signos de fotoenvejecimiento en la piel circundante (manchas solares, arrugas, queratosis actínicas…)
Diagnóstico
El diagnóstico del cuerno cutáneo en la mayoría de ocasiones es clínico-histológico, requiriendo una biopsia cutánea para confirmar la lesión específica que está originando el cuerno en cuestión. No obstante, es posible el diagnóstico clínico en lesiones que por el aspecto claramente estén originadas por una lesión benigna o por una verruga viral.
Tratamiento
El manejo del cuerno cutáneo va a depender de la lesión subyacente que los esté formando. En el caso de que se trate de una lesión benigna o una verruga viral, podemos optar por tratamientos no quirúrgicos como la crioterapia, previo curetaje de la lesión. Si sospechamos una lesión maligna, debemos analizar la pieza tras haberla extirpado quirúrgicamente.
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